Carta del 2 de enero de 1950 a las 7:00 a.m. GMT
-sin casas-
Las dos cometas ensambladas de la forma descrita conforman, de hecho, una nueva estructura de Cometa Doble, con una carga dinámica muy superior a la de la Gran Cometa Cósmica simple. Ahora no tenemos solamente un "aspecto dinamizador", sino nada menos que seis. La tensión a la que se debe encontrar una salida es mucho mayor, aunque también son abundantes los recursos para gestionarla (los aspectos "fluidos").
La Gran Cometa Cósmica es una estructura que enfatiza al armónico 6, porque este armónico pone en conjunción a todos los planetas de la configuración; la Cometa Menor, sin embargo, remite al armónico 8. La Cometa Doble se funde en un stellium en el armónico 24. El desarrollo de la estructura de Cometa Doble del 2 de enero de 1950 a las 7 a.m. GMT a través de sucesivos armónicos se ilustra en la figura siguiente:
Es extraordinario encontrar en una carta real este juego de configuraciones de alta precisión geométrica. No tengo noticias de ninguna persona nacida exactamente a las 7 de la mañana GMT del 2 de enero de 1950 (o muy cerca de esa hora), pero rastreando por la red de internet he localizado unas cuantas que nacieron ese día, aunque no se indica la hora de nacimiento. De todas formas, la configuración de Cometa Doble se mantuvo dentro de orbe durante toda la primera mitad del día y la de Cometa Menor durante el día entero. Por tanto, con la única duda de la Luna, todos los aspectos entre los cinco planetas restantes, están vigentes todo el día.
Las primeras personas que he encontrado nacidas el 2 de enero de 1950 son las siguientes:
Martine Dreyfus, escritora.
Miguel López Salas, pintor.
José Miguel Román Francés, pintor.
Paula Sinos Montoya, poeta
Ennio Augusto Vivaldi Véjar, médico, neurólogo, cirujano.
Gilbert Williams, pintor.
Enseguida llama la atención la presencia de tres pintores en esta pequeña lista, algo que confirma la importancia que el planeta Venus tiene como contrapeso de toda la configuración. Parece como si toda la tensión originada por la Cometa Menor encontrara una salida a través de una transfiguración estética o artística (esto se aplica también a las escritoras Martine Dreyfus y Paula Sinos). Sin embargo, esta estrategia puede fracasar. Para Paula Sinos, que terminó su vida dejándose arrollar por un tren, se convirtió en un callejón sin salida. Parece que en el caso de Paula Sinos Plutón le ganó la batalla a Venus. No olvidemos que el peso de la configuración recae realmente sobre Plutón.
El principal aliado de Venus es Neptuno; para los nacidos en la primera mitad del día, Venus cuenta también con la complicidad de la Luna. El grupo Venus/Neptuno/Luna que conforma un Gran Trígono de aire es extremadamente delicado, sensible, hermoso, soñador, aterciopelado, vulnerable, frágil, un tanto sensual y un tanto místico, insuperablemente femenino. El trígono Venus-Neptuno se ve con total transparencia en las pinturas de Gilbert Williams: escenas oníricas de vetustos templos flotando entre nubes, figuras femeninas aladas de cuerpos translúcidos, criaturas fabulosas policromadas en tonos azules y violetas, paisajes de ensueño donde nada turba la apacible e inusitada belleza de parajes imposibles. También se aprecia en los floridos paisajes de José Miguel Román Francés, en sus delicadas figuras femeninas, siempre hermosas e insinuantes, en sus solitarios jardines y en sus campos de amapolas. Sin duda, Paula Sinos también buscó refugio en los mundos de ensueño. Como nos dice Eliseo González:
Paula Sinos (...) vivió toda su vida en una jaula de cristal. A través de esa vitrina a la cual la confinara una temprana esquizofrenia, Paula Sinos no tardó en averiguar que el mundo padecía una grave enfermedad. Durante muchos años trató de analizarla y conocerla presintiendo que el fracaso de su empresa acabaría llamándose Contagio o la imposibilidad de una ilusión. Tal es el título que absorbe el centenar de sus poemas. [Eliseo González, Galería de suicidas, p. 43]Pero las burbujas de la ilusión se quebraron y lo que ella entendía que era la más cruda y áspera realidad se le presentó de frente y no encontró ya otra forma de huida que dejarse aplastar por ella, en forma de rugiente máquina de tren.
Siempre puedes pensar que fue el tren el que se arrojó a ti [Paula Sinos, Estorbo, en Contagio o la imposibilidad de una ilusión]Su poema "El peso del tesoro", dirigido contra los poetas, podría igualmente aplicarse a los pintores mencionados más arriba, forjadores de imágenes idílicas.
Nunca debí escucharos, fantasmas
que alojasteis en mi pecho esta absurda
pasión por las palabras.
¿Acaso vuestro arte os liberó de algún tormento,
os procuró más dicha?
No fuisteis sino necios mendigos de sueños,
fanáticos avaros de ilusiones,
mezquinos saqueadores de esperanzas.
Nunca debí escucharos, oh amados maestros
que enterrasteis en mi alma la fe
de vuestro ingenuo botín.
Nunca debí escucharos, nunca debí seguiros.
La realidad ahora me conoce.
La oposición de Venus con Plutón, que forma la espina dorsal de la Doble Cometa, enfrenta a dos grupos de planetas marcadamente diferentes. De un lado, Plutón/Marte/Urano, conectados entre sí por aspectos tensos, nos dice que el mundo está presidido por la lucha, el conflicto, la rebelión y la muerte. De otro lado, Venus/Neptuno/Luna sólo anhela la paz, la serenidad, la concordía, la belleza y la vida entre algodones, sin roces ni asperezas. Para escapar de la hostilidad del mundo plutoniano y sus rudos aliados se recurre a las artes del mundo venusino y sus refinados amigos. Pero esta artimaña es presentida y desenmascarada por Paula cuando escribe "¿Acaso vuestro arte os liberó de algún tormento?".
Si miramos con detenimiento las encantadoras pinturas de Gilbert Williams y Román Francés, descubriremos que en ellas no sólo hay belleza; hay también melancolía y una profunda y sobrecogedora soledad.
Román Francés, Retrato de mujer
Gilbert Williams, Espíritus afines
En Gilbert Williams, aunque hay mayor variedad temática y una fantasía desbordada, también predominan los parajes solitarios y las figuras aisladas, lo que provoca a menudo una inquietante sensación de desamparo y extravío. O los inanimados rostros de piedra, de hojas o de nubes, impasibles, hieráticos e inaccesibles como esfinges.
Gilbert Williams, Caras de dioses
No hay comentarios:
Publicar un comentario